10/27/2006

EL TRIPLE FILTRO


En la antigua Grecia, Sócrates, fué famoso por su sabiduria y por el gran respeto que profesaba a todos.
Un día, un conocido se encontró con el gran Filósofo, y le dijo:
¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
Espera un minuto, replicó Sócrates.
Antes de decirme nada, quisiera que pasaras un pequeño exámen.
Yo lo llamo exámen del triple filtro.
¿Triple Filtro?
Correcto, continuo Sócrates.
Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir.
Es por eso que lo llamo el exámen del triple Filtro.
El primer Filtro es la Verdad.
¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
No, dijo el hombre, realmente sólo escuché sobre eso y......
Bien, dijo Sócrates, entonces realmente no sabes si es cierto o no.
Ahora permíteme aplicar el segundo Filtro, el de la Bondad.
¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
No, por el contrario.....
Entonces, deseas decirme algo malo de él, pero no estás seguro que sea cierto.
Pero podría querer escucharlo porque queda un filtro, el Filtro de la Utilidad.
¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
No, la verdad, que no.
Bien, concluyó Sócrates, si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno e incluso no me es útil, ¿Para que querría yo saberlo?

MORALEJA:
La amistad es algo invaluable, nunca pierdas a un amigo por algún malentendido o comentario sin fundamento. Cuando quieran decirte algo de un amigo, usa este Triple Filtro.

10/08/2006

EL CIEGO Y EL PUBLICISTA

Habia un ciego sentado en un andén de París con una gorra a sus pies y un pedazo de madera escrita con tiza blanca: "Por favor ayúdeme soy ciego".
Un publicista del área creativa que pasaba enfrente de él, paró y vió una pocas monedas en la gorra.

Sin pedir permiso, cogió el letrero, lo volteó, tomó la tiza, y escribió otro anuncio, volvió a colocar el pedazo de madera a los pies del ciego y se fué.

Al caer la tarde, el publicista volvió a pasar enfrente del ciego que pedia limosna. Su gorra, ahora, estaba llena de notas y monedas.

El ciego reconoció las pisadas del publicista y le preguntó si habia sido él quien reescribiera el letrero, sobretodo queriendo saber lo que habia escrito.

El publicista respondió: "nada que no esté de acuerdo con su anuncio, pero con otras palabras" y sonriendo continuó su camino.

El ciego nunca supo lo que estaba escrito, pero su nuevo letrero decia:" Hoy es primavera en París y yo no puedo verla".




"SIEMPRE ES BUENO CAMBIAR DE ESTRATEGIA CUANDO NADA NOS SUCEDE"